"Juntos pero separados".


Muchos matrimonios se quejan de no hacer nada juntos, de no tener tiempo o de no ponerse de acuerdo en como usar este tiempo. A veces, mientras una de las partes reclama más actividades en común, la otra puede estar echando de menos algo más de tiempo para sí misma. También hay parejas, aparentemente, muy unidas. No hacen nada por separado, si uno no sale, el otro tampoco “no me gusta divertirme sin mi mujer” o “nos queremos tanto que todo lo hacemos juntos”.


“El tiempo es oro”, advierte nuestro refranero. Una parte importante de nuestro día se ve absorbida por el trabajo, el hogar u otras responsabilidades. Nos queda poco tiempo libre, tiempo para usar como queramos. La forma de administrar ese tiempo repercute en nuestra satisfacción como individuos y por supuesto como pareja.


El ocio podríamos dividirlo en cuatro secciones: como individuos, como familia, como amigos y, por supuesto, como pareja. Cuando uno de estos cuatro pilares falta podemos experimentar una sensación de ahogo o pérdida, de estrés o insatisfacción. Claro que el tiempo libre y su uso no lo es todo, pero nos sorprenderíamos si le prestáramos un poquito más de atención e hiciéramos los ajustes necesarios.


En pareja, a menudo se tiende a invertir más en un primer momento. Uno se puede sentir tan placenteramente absorto que llega incluso a descuidar a familia o amigos. El extremo opuesto se halla cuando pasado un tiempo se sigue creciendo por separado, se deja de construir como antes y uno se extraña de que la relación caiga en la rutina y el distanciamiento. Cada una de las cuatro áreas que comentamos en el párrafo anterior requieren de un cuidado especial.


Como individuos necesitamos desarrollarnos, crecer, no sólo físicamente, sino en todo lo que nos forma como persona. Para esto tenemos que hacer el esfuerzo consciente de aprender. Lo tentador es buscar a alguien que “supla” las carencias personales, pero esto a la larga se desvanece.


Como familia formamos un vínculo singular. Incluso en los casos de distancias o de rupturas familiares los hijos siguen siendo hijos, los hermanos, hermanos y los padres, padres. Cuando las relaciones familiares no son favorables la persona que forma parte de ese sistema se resiente. Por eso, es importante incluir, en la medida de lo posible, a la familia en la planificación del tiempo libre.


Como amigos, si de pequeños la figura materna y paterna fueron de vital importancia necesitábamos sentir constantemente su cercanía, llegada la adolescencia necesitamos crear nuevos vínculos de relación con los iguales que se convertirán en una ayuda para sentirse independientes y a la vez aceptados. Aunque en la edad adulta el círculo de amistades se ve más reducido, no es por ello poco importante. Salir con otras parejas, quedar a solas con los viejos amigos, etc. pueden contribuir al bienestar personal.


Como pareja, es muy útil dirigir las actividades de tiempo libre hacia dos direcciones. La primera a construir nuevos recuerdos y a crear la oportunidad de seguir descubriéndose y experimentando afinidad mutua. La otra es en rememorar acontecimientos, lugares y momentos que ayudaron a crear la unión presente. Por ejemplo, volver a un sitio que para ambos tiene un gran valor sentimental puede ayudar a conectar con emociones positivas que a veces se ven mermadas por la rutina.



Puede que uno se vea limitado por el poco tiempo libre que tiene o por la economía, pero siempre hay algo que se puede hacer en pareja, por ejemplo un desayuno en la cama, un paseo haciendo fotos, ver una película acurrucados en el sofá, etc.


Invertir tiempo en la pareja, en hacer cosas juntos, tiene su efecto más allá del presente, éste se deja ver con el paso del tiempo.






Read Users' Comments ( 0 )