Problemas sexuales.


Problemas sexuales: ¿por qué se producen?


En ocasiones, al igual que en cualquier otro aspecto de la vida y de las relaciones, en la sexualidad pueden encontrarse ciertas dificultades que impiden que la experiencia se viva de forma plena y positiva. La respuesta sexual de toda persona se caracteriza por las siguientes fases: deseo, excitación, orgasmo y resolución. Cuando se altera alguna de estas fases de forma repetida hablamos de disfunción sexual.

¿Cuándo aparecen?

Las disfunciones sexuales pueden aparecer desde  el comienzo de la experiencia sexual de un individuo, por ejemplo: vivir todas las relaciones sexuales eyaculando rápidamente y sin poder controlarlo (eyaculación precoz). Pero también puede darse el caso de que alguien goce de una sexualidad satisfactoria y, en un determinado momento de su vida, experimente alguna alteración en su propio funcionamiento, por ejemplo: una mujer que vivía el sexo con intensidad puede perder el deseo por éste (deseo sexual hipoactivo).


¿Cuáles son las causas?

Los problemas en la conducta sexual pueden ser causados por dos factores: de índole psicológico o físico. Estos pueden darse juntos o de forma independiente. En caso de sufrir alteraciones a nivel físico es necesario que sea el profesional de la medicina el que intervenga. Cuando se trata de factores psicológicos es el psicólogo-sexólogo el que ofrecerá el tratamiento más acertado. Cuando se trata de factores combinados, se debe de contemplar un tratamiento que también integre los aspectos psicológicos y físicos.


La mayor parte de las disfunciones sexuales tienen los mismos factores psicológicos en común. Por ello es común encontrar cómo una disfunción puede derivar en otra, ya que son respuestas físicas que responden a un mismo mecanismo. Por ejemplo, aquel que tiene eyaculación precoz puede sufrir de una disfunción en la erección (conocido también como impotencia), o la mujer que tiene dificultades para lograr la excitación, puede desembocar en vaginismo (imposibilidad de penetración).

“La ansiedad por un buen rendimiento” o el “miedo al fracaso” son las más potentes causas psicológicas por las que se produce y mantiene una disfunción. Se trata de ansiedad. La ansiedad activa todo un mecanismo para proteger al organismo de un peligro. En este sentido la ansiedad es útil y necesaria. Por ejemplo, si un león me persigue, interpretaré que mi vida corre peligro. De este modo, mi cerebro activará una señal de alarma (la ansiedad) que pondrá todos mis recursos a la máxima potencia, el corazón bombeará más sangre (palpitaciones), la sangre se concentrará en los órganos vitales (por eso se experimenta un hormigueo en las extremidades), la respiración se acelerará y, como consecuencia de toda esta activación, correré más deprisa, con suerte subiré un árbol y quedaré a salvo. Todo esto ante un peligro real es sano y tiene una función: protegernos. Pero, cuando no existe peligro, provocamos un desgaste innecesario y además interpretamos de forma negativa y catastrófica nuestra reacción. Es decir, si tengo todos estos síntomas pero no hay un peligro real y externo, tengo la “sensación” interna de que algo malo me esta pasando y de que “me va a dar algo”. Digamos que esto es lo que sucede en un ataque de ansiedad o, en menor escala, en cualquier situación donde sentimos que nos ponemos muy nerviosos.

Y es precisamente esta activación de la señal de alarma la que hace que nuestro cuerpo no se relaje y disfrute de la experiencia sexual. Cuando el sexo se convierte en un examen donde voy a “ver si lo hago bien” o “demostrar que puedo”, se convierte en una situación de “peligro” para la autoestima, la valoración personal. Por no hablar de cuando uno siente que si el sexo no funciona bien la relación se va a romper. Cuanta más responsabilidad se perciba en la relación sexual, más probabilidades de fracaso habrán y más fácilmente se producirá la activación de la ansiedad.

Disponemos de dos sistemas opuestos que no pueden estar activos a la misma vez: el sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático. El sistema nervioso simpático es el que se activa con la ansiedad. Lo que sucede en la ansiedad es que toda la actividad se queda sin control racional, es decir, me dejo llevar por las emociones. Este sistema sigue la regla de “todo o nada”, es decir, si se activa, se activa por completo con una serie de síntomas a la vez. ¿Cómo salir de este estado? Activando el sistema opuesto, es decir, el sistema nervioso parasimpático que es el estado en el que podemos disfrutar de la relajación. Los tranquilizantes lo que hacen es acelerar el proceso de la activación del sistema nervioso parasimpático. Sólo con el fármaco se logra romper el proceso de forma puntual, pero no se aprende a controlar y a romper el círculo vicioso en el que nos vemos envueltos una y otra vez ante determinadas circunstancias.


¿Cómo se puede mejorar?

Entendemos que es necesario estar en un estado de cierta relajación para poder sentir placer y disfrutar de la experiencia sexual. Por ello, ante los problemas sexuales hay que observar la forma en la que estamos viviendo la experiencia sexual. Si anticipamos que va a ser dolorosa, frustrante, que “lo vamos a hacer mal”, etc., nos expondremos a activar todo nuestro mecanismo ansioso y puede que nuestros miedos sean confirmados. La forma de salir de este círculo es la de reinterpretar la experiencia sexual de un modo positivo y no con exigencias. Precisamente este es uno de los aspectos que le dan facilidad de éxito a la terapia sexual.


¿Cuáles son las disfunciones sexuales?

Y por último un listado de las principales disfunciones sexuales que se pueden tratar:

  •  Disfunción eréctil: Imposibilidad para lograr y/o mantener la erección del pene hasta el final de la actividad sexual.
  •  Eyaculación precoz: Incapacidad para controlar el reflejo eyaculatorio, produciéndose éste antes de lo que la persona desea.
  •  Eyaculación retardada: Dificultad para provocar el orgasmo con la suficiente estimulación. Éste no se produce y si lo hace es de forma tardía.
  •  Vaginismo: Espasmos musculares en la vagina que imposibilitan la penetración.
  •  Dispaurenia: Dolor o molestias asociadas a la relación sexual. Puede ser una molestia leve o un dolor profundo, se da tanto en hombres como en mujeres. 
  • Trastorno orgásmico o anorgasmia: Incapacidad para alcanzar el orgasmo siendo suficientemente estimulada.
  • Trastorno de la excitación sexual: Dificultad para sentir excitación.
  •  Deseo sexual hipoactivo: Bajo o nulo deseo de actividad sexual.
  • Aversión sexual: Desagrado y aversión hacia las relaciones sexuales.




Espero haberte ayudado, si deseas más información puedes escribir a: info@unidaddeterapiasexualydepareja.com.


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El amor y sus componentes.


Los ingredientes del amor:
¿Cómo se construye el amor?

El psicólogo Sternberg, en 1986 creo una teoría sobre el amor a la que llamó: “el triángulo del amor”. Me gusta como se explica de este modo los componentes del amor en lo que a una relación de pareja se refiere. De hecho en terapia de pareja suelo explicar estos elementos como una forma de revisión de la propia relación y de comprender la implicación del amor como algo más que enamoramiento.

El amor tiene tres vértices: la intimidad, el compromiso y la pasión.

La intimidad es la disposición a comunicarse con la otra persona y tener cercanía. También tiene que ver con revelarse a uno mismo frente al otro y de exponerse en sinceridad. Una pareja que sólo tiene intimidad disfrutará de una amistad pero no tiene la exclusividad y pasión que completan el amor de la relación de pareja.

La pasión es la proyección de deseo afectivo, sensual y sexual. Incluye el sentirse deseado y atractivo para la pareja. La pasión se expresa con gestos, palabras y comportamientos. La pasión suele ser el componente que distingue a la relación como algo más que una amistad. Es el ingrediente que, por lo general, es más intenso al inicio y se estabiliza conforme avanza la relación. No obstante, la pasión puede sufrir variaciones, puede aumentar o disminuir según factores internos y externos. Sternberg decía que aquellos que sólo tienen pasión es su relación tienen un “encaprichamiento” de corta duración. Con esto se entiende que la pasión aporta intensidad a una relación, pero se necesita la intimidad para comunicarse y el compromiso para proyectarse.

El compromiso es el acuerdo entre dos personas de mantener la relación a lo largo del tiempo. Tiene mucho que ver con la exclusividad y la dedicación con una persona. Hay varios tipos de compromisos según el tiempo y la implicación. Para su desarrollo es importante una percepción equilibrada entre costes y beneficios, es decir, entre lo que uno da y recibe del otro. Esto es subjetivo y tiene que ver con las expectativas de su mantenimiento, por ejemplo: “siento que lo que doy es valorado y que va a seguir siendo así”. El compromiso es el elemento que más lentamente crece en nuestra cultura. El compromiso tiene que ver con la decisión más que con un sentimiento. Es el camino que se traza para mantener con el paso del tiempo la intimidad y la pasión.





La reflexión que os dejo hoy va encaminada a conocer el tipo de relación que se tiene y a proyectarse hacia lo que se quiere. Creo que nunca se tiene una relación 100% plena durante mucho tiempo, sino que hay aproximaciones y que lo importante es saber que uno se acerca hacia sus objetivos disfrutando el camino.

Para terminar algunas pautas que pueden ayudar al desarrollo de cada ingrediente en la relación explicadas brevemente:

Intimidad:

1.     Comunicación sin exigencias y sin reproches: Por ejemplo hablar sobre algo que los dos disfrutan, enfatizar lo positivo del otro, etc.
2.     Tiempo de ocio juntos: Cuando disfrutamos de actividades placenteras juntos tenemos la posibilidad de seguir creando recuerdos positivos juntos.

Pasión:

1.     Expresar afecto con palabras y contacto físico como abrazos, caricias, etc.
2.     Crear espacios para encuentros íntimos, expresando el deseo. Por ejemplo, cena, masajes, comunicación de fantasías, recordar momentos especiales, realizar una escapada, etc.

Compromiso:

1.     Perspectiva positiva de la relación: expresar planes a corto y a largo plazo, recordar porque se quiere a la pareja, etc.
2.     Crear símbolos que signifiquen momentos especiales y que recuerden el compromiso. Por ejemplo: una vez al mes ir a un lugar especial, crear un álbum de fotos, una caja de recuerdos juntos, una actividad en pareja, etc.


Construir el amor es un trabajo en equipo con responsabilidades compartidas. Cada uno podemos hacer la nuestra. Sobre aquello que hoy nos gusta en nuestra relación, podemos realizar acciones para que se mantenga, por ejemplo actos de valoración o gratitud. Sobre aquello que nos disgusta podemos también realizar el esfuerzo de buscar el cambio en equipo. Esta diferencia es más posible cuando logramos identificar hacia donde nos queremos dirigir.

La relación amorosa es dinámica y transformable. El amor se construye cuando de forma consciente y coherente dirigimos nuestras conductas, proyectamos nuestros sentimientos y enfocamos nuestros pensamientos a un aumento de la intimidad, la pasión y el compromiso.






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Eyaculación Precoz


Mi problema es que siempre he sido eyaculador precoz, sólo he conocido a mi mujer con la que llevo casado 27 años. Esto ha hecho que mi autoestima baje y que yo no me sienta suficiente para ella. Ella dice que no importa pero yo creo que si. Me he llegado a preguntar si quizá se trata de un problema de pareja. Si probara con otras mujeres quizá me daría cuenta y podría solucionar mi problema. Aún no lo he hecho porque se que eso afectaría a mi mujer y yo la sigo queriendo a ella. ¿Qué puedo hacer? ¿Es demasiado tarde para curarse? ¿Crees que es por no haber tenido más experiencia sexual antes?

La eyaculación precoz no depende de si pruebas con otras mujeres sino de que tú mismo distingas tus señales de excitación y sepas prolongar el tiempo de llegada al orgasmo. Si pruebas con otras mujeres puede que el problema se mantenga o desaparezca con ellas. Si desaparece probablemente se deba a que no te sientas exigido o demandado por ellas ya que no se trata de tu propia relación de pareja. Es decir el problema persistiría con tu mujer de la que si te importa la evaluación.

Nunca es tarde para aprender y por eso no creo que sea tarde cambiar la conducta sexual ya que es una cuestión de aprendizaje. Tampoco creo que la experiencia previa hubiera cambiado tu situación actual. La experiencia en si no es la clave, más bien se trata del tipo de experiencia. A veces tener más experiencia puede significar emporar el problema si no se sabe como hacerlo. Por ello te recomiendo que puedas acudir a consulta.

La terapia sexual para la eyaculación precoz es muy completa. Es una ayuda profesional para saber como dar pasos de éxito y no cronificar la disfunción. La idea es lograr pautas a través de las cuales logres relajarte, no sentirte evaluado sino verte a ti mismo competente y capaz. Para ello se trabaja en una serie de pautas progresivas donde se comienza por metas más cercanas a las posibilidades del paciente en ese momento y se avanza hasta lograr el último objetivo.

Espero que puedas disfrutar de un cambio.

Muy atentamente,

Anna Gil Wittke.

Psicóloga de la Unidad de Terapia Sexual y de Pareja.

Tlf. 692 796 859


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Eyaculción retardada.


Un varón 50 anos , sin ninguna patología física visto por urólogo, el cual no eyacula: por penetración rara vez y masturbándose el siempre. Además la eyaculación le produce una tensión muscular en piernas y glúteos que hasta le duele, ¿qué puede ocurrirle?  Gracias.


Si el puede eyacular cuando se masturba pero no durante el coito, no se trata de un problema para la eyaculación. Podríamos especificar que es un problema para eyacular durante la penetración. Existe una disfunción sexual que se llama “eyaculación retardada”. Esta disfunción es menos conocida y normalmente menos consultada a los especialistas. La dificultad para el control de la eyaculación se puede manifestar a través de una ejecución antes de lo deseado “eyaculación precoz” o mucho más tarde “eyaculación retardada”.

En la eyaculación retardada puede suceder que esta no se logra o que se da con un gran esfuerzo y de forma tardía. Esto se suele producir por una activación del sistema ansioso, por preocupaciones (tales como complacer a la mujer, ser competente, etc.) y por distracciones que evaden al hombre de las sensaciones físicas placenteras que le llevarían de forma natural al orgasmo.

Lo mejor en estos casos es acudir a un psicólogo especialista en problemas sexuales. El tratamiento que aplicamos en nuestro centro contempla los siguientes aspectos:

1.     Los pensamientos e ideas que contribuyen a una visión distorsionada del funcionamiento sexual.
2.     Las emociones cuya activación se produce en torno a la respuesta sexual y perturban el rendimiento.
3.     Las conductas, reaprendiendo la sexualidad de un modo progresivo y más positivo.

Es importante entender que la eyaculación retardada se produce como consecuencia de aprendizajes erróneos sobre la sexualidad. Por eso seguir realizando el acto sexual del mismo modo puede se incluso contraproducente ya que reforzaría ese aprendizaje. Es necesario comenzar de forma progresiva avanzando en ejercicios sexuales que disminuyan la ansiedad y en los que el hombre pueda disfrutar y centrarse en sus sensaciones.
Yo insisto en que todo en el funcionamiento sexual se realiza poco a poco, es una conquista que requiere del conocimiento adecuado, de la práctica funcional y de una gran dosis de paciencia.

Espero que la respuesta os ayude.

Muy atentamente,

Anna Gil Wittke.

Psicóloga de la Unidad de Terapia Sexual y de Pareja.

Tlf. 692 796 859


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Crisis y rupturas.




Pareja: ¿merece la pena?

Una reflexión sobre las crisis y las rupturas.



Vivimos en la sociedad del hedonismo, del placer, de la comodidad. Esta realidad contrasta muchas veces con el sufrimiento inherente a la vida, con los problemas y dificultades naturales en toda relación.

Desde mi experiencia como psicóloga y terapeuta de parejas veo que muchas de las personas que vienen a consulta tienen un denominador en común. Es frecuente escuchar como la ilusión de lo que ellos esperaban en pareja se ha roto. Esta decepción entre lo que quiero y lo que tengo genera frustración, confusión y muchas veces el planteamiento de abandonar la relación en busca de una más acorde con los deseos y expectativas propias.

La pregunta con la que muchos se sientan en mi consulta es la de si merece la pena luchar por ese matrimonio en crisis, si hay algo que hacer cuando los sentimientos ya no están o al menos no de la misma forma. Se trata de personas que en su momento se quisieron con intensidad pero que por circunstancias, el paso del tiempo y otros factores han dejado de sentir lo mismo. El dilema es importante, la decepción y resignación es grande. Y la aparente solución es muchas veces la ruptura de la relación. Estoy convencida de que en muchos casos lo es, sobre todo cuando hablamos de relaciones tóxicas. Pero en otras ocasiones se abandona la relación por un aprendizaje erróneo de lo que es el amor. Un aprendizaje que no incluye la tolerancia a la frustración, la pena y cierto sufrimiento.

Creo que algo que nos distingue como seres humanos es la voluntad, la capacidad de escoger. Esta capacidad muchas veces no se ejercita cuando dejamos que sean los sentimientos los motores de nuestras acciones. En cualquier proyecto a largo plazo no podemos bastarnos sólo de emociones por muy intensas que estas sean. Se requiere de otros dos factores, al menos, muy importantes: la voluntad y la acción. Una relación que quiera sobrevivir a lo largo del tiempo necesitará un claro compromiso personal y el desarrollo de conductas destinadas a mantener la decisión. No quiero, con esto, que se interprete que los sentimientos no son importantes. Lo son, pero si los usamos como única guía en una relación, puede que no podamos afrontar las crisis más profundas. Estas crisis forman parte de la naturaleza de una relación amorosa, dinámica y en desarrollo.

El amor crece cuando nos desarrollamos a nivel individual y alcanzamos de cierta madurez personal. Amar a alguien es más que la necesidad de recibir, es la capacidad de dar.

En conclusión, quizá podamos reflexionar en la utilidad y finalidad de una relación de pareja con sus crisis inherentes. Es decir, asumir que esos momentos de dificultad son la oportunidad para fortalecer el amor y para tener un mejor y mayor aprendizaje personal. Quizá la decepción a la que llegan muchas personas viene por las expectativas que se tenían de una pareja. Puede que sea constructivo ajustar esas ideas a la naturaleza de la relación, aceptando que cuando algo merece la pena quiere decir que es “merecedor” de “penas” y no sólo de los buenos momentos.

La pareja es un reto, una aventura y un desafío que produce madurez y riqueza personal si estamos dispuestos a asumirla con sus altibajos.




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El orgasmo femenino II


Este artículo ha sido realizado por Maria Dolores Garcia, alumna del prácticum de psicología de la Universidad de Murcia en la Unidad de Terapia Sexual y de Pareja. Maria Dolores ha trabajado con nosotros en este último año participando en la realización de cursos, programas de intervención en insitutos y acompañamiento en procesos terapuúticos. Ha sido para nosotros un placer contar con sus aportaciones. 


Reflexiones sobre el orgasmo en la mujer:




¿Qué es y por qué creemos que es tan importante?

            Se tiene la creencia de que el orgasmo representa la finalización de una relación sexual. Sin embargo, el orgasmo solamente es la descarga de toda la energía acumulada durante la relación sexual. Se le da tanta importancia debido a factores sociales o a mitos. Algunos de ellos son tales como que hay que complacer al hombre, tenemos que disfrutar al máximo de una relación sexual y eso solo se consigue mediante el orgasmo, etc. Todos estos mitos no hacen más que agravar los posibles problemas que podamos tener respecto al orgasmo.

¿Qué ocurre durante el orgasmo?

            Durante nuestras relaciones sexuales lo que hacemos es excitar nuestro cuerpo. Esto se manifiesta tanto física como psíquicamente. Físicamente podemos observar como los pechos de la mujer se vuelven más tersos, los genitales se entumecen, la vagina se lubrica y se extienden sus músculos. A nivel psíquico se experimenta una forma de intimidad más profunda y se crea confianza con la pareja.

            Todos los cambios físicos descritos en el párrafo anterior llevan a la mujer a sentir la denominada congestión pélvica, en la cual la mujer siente una agradable presión por todos los vasos sanguíneos que recorren la pelvis debido al aumento de sangre en esa zona. El orgasmo sería la “descongestión”, la manera que tiene el cuerpo de decirnos que se ha sobrecargado y que toda esa sangre está volviendo rápidamente a su lugar de procedencia. Esta es una sensación muy placentera en la que la mujer se abandona a los impulsos sexuales.

Disfrutar la sexualidad:

            Como ya he mencionado anteriormente, los orgasmos no lo son todo en el sexo. Tanto las mujeres que no tienen problemas para alcanzarlo como las que presentan dificultades tienen que tener clara esta premisa: hay infinidad de formas por las que obtener placer sexual, divertirse y pasarlo bien con ello, porque al fin y al cabo el objetivo de una relación sexual no es el orgasmo.

 Origen de los problemas para alcanzar el orgasmo:

            Si eres una mujer que tiene dificultades para alcanzar el orgasmo es importante que conozcas los diferentes factores que originan este problema, entre los cuales se pueden destacar:

Ø  Factores de origen orgánico: podemos encontrar en ellos el embarazo, la menopausia, el envejecimiento, etc.
Ø  Factores de origen patológico y medicamentoso: aquí se engloban todas las enfermedades y los medicamentos que afectan o alteran la respuesta sexual.
Ø  Factores de origen social y psicológico:en este grupo se encuentran la falta o mala educación sexual, el concepto de “pecado”, vergüenza, culpa, fobias, mala relación de pareja actual o pasada, ambiente familiar alterado, estrés, sentimientos negativos hacia el propio cuerpo, problemas de autoestima , etc.
Ø  Deformidades en los genitales.

Si es un problema que te preocupa demasiado puedes consultarlo con tu médico de cabecera. Te ayudará y aconsejará para encontrar una solución.

 La importancia del autoconocimiento:

            Hay una parte muy importante en todo este asunto que no he mencionado antes y se trata del autoconocimiento que la mujer que tiene estas dificultades debe iniciar. Esto no solo es importante para la mujer con este problema, también lo es para la que no lo presenta y para todos los hombres, pero por motivos más físicos que sociales, el hombre tiene sus genitales fuera de su cuerpo y para él es mucho más fácil explorar y curiosear con ellos desde que es un niño. En cambio, la mujer los tiene escondidos y es mucho más difícil que se toque y que explore su zona genital.

            Es por esto y por otros factores sociales, que muchas mujeres ya adultas aún no conocen como funcionan sus genitales, ni conocen que cosas o en que lugares les gustan que las acaricien. Por ello es recomendable que realices un pequeño ejercicio; coge un espejo y mira como son tu genitales, explora y curiosea todo lo que quieras, toca y sabrás en que partes te parece más agradable o en que partes no te gusta tocarte. Es aquí donde se presenta la importancia de la masturbación, si ya sabemos donde nos gusta tocarnos y donde no podremos emprender el camino hacia el orgasmo.



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El arte de amar: estrategias para el éxito amoroso.

Sabemos que no hay una fórmula única y suficiente, pero si el amor crece, entendemos que hay formas de que este crecimiento sea positivo. Recopilando ideas de diferentes autores como J. Gottman, J. Gray, J. Araguàs, I. Menenendez, etc., vamos a dar algunas pautas para que el amor dure y sea satisfactorio. Estas estrategias se dividen en las tres áreas del triángulo del amor de Stemberg. Junto a cada idea para lograr el éxito amoroso la antítesis que puede llevarnos a la frustración. 


Intimidad:
     •  Conocimiento vs. idealización.
Conocimiento de uno mismo, de sus virtudes y carencias. Cuando entendemos que somos valiosos podemos acercarnos al amor de otra manera, dispuestos a dar y disfrutando de lo que recibimos sin exigirlo. Conocernos también nos ayuda a entender nuestros límites y carencias, de forma que evitemos proyectar en el otro nuestros conflictos no resueltos.
El conocimiento del otro se consigue con el tiempo y con la atención en lo que vemos y no en lo que creemos que debe de ser. Alguien dijo que poco tiempo en una relación equivale a poco amor. De esta manera podemos entender que el amor se relaciona con el conocimiento del otro. Este conocimiento incluye virtudes y defectos. En lugar de un amor ciego, hablaríamos de un amor con los ojos abiertos de forma positiva.
           Aceptación vs. exigencias.
Aceptar no es lo mismo que resignarse. Aceptar es lo contrario a rechazar. Es reconocer la realidad, en este caso, sería reconocer como es la otra persona y aceptar sus limitaciones. Cuando en una pareja no hay aceptación, surge la exigencia del cambio. Esta exigencia es vivida como rechazo por parte del cónyuge.
           Comunicación constructiva vs. distancia o rechazo.
Comunicación de sentimientos y deseos de forma positiva. Es decir, es comunicarse transmitiendo el deseo sin recriminaciones. La distancia emocional es una forma de comunicar el malestar en la relación. Ante la crisis muchos optan por tomar una posición distante, por dejar de confiar y comunicar. En realidad no es una solución sino una estrategia evitativa que empeora la situación. Dentro de la comunicación, la crítica puede tener lugar sin llegar a ser una grieta para la relación. La crítica constructiva es aquella que se centra en la mejora y no en el rechazo total. La crítica que ayuda al otro a rectificar es la que habla de comportamientos concretos sin generalizar a la persona. La acusación y crítica del otro no funciona sino que deteriora la intimidad. Incluso si se produce un cambio de esta manera, podría ser un cambio superficial y no sustancial.

Compromiso:
           Proyección vs. pérdida de objetivos.
En el momento en el que uno pinta su futuro junto al que ama, uno realiza conductas que le lleven a ese objetivo. El compromiso aumenta cuando podemos pensar en consecuencias a largo plazo. En este contexto los esfuerzos tienen sentido porque se busca el beneficio que sirva para una mejor relación a largo plazo y no sólo el placer inmediato.
Otra forma de proyección más observable son las actividades en común, estas generan un espacio de desarrollo de la pareja. Estas actividades pueden ser proyectos o hobbies. Algunos proyectos de la pareja son el matrimonio, tener hijos, comprar una casa, realizar un viaje, etc. La pareja con metas es una pareja con motivación. El equipo se une ante objetivos en común.

Pasión:
           Deseo vs. inapetencia sexual.
El comienzo de la vida en pareja suele coincidir con una mayor excitación y un aumento de ansiedad. Estando enamorados esto se traduce en una mayor frecuencia de actividades sexuales. Esta etapa de la relación es muy satisfactoria y genera un antes y un después. El problema, es que esa primera fase es muchas veces el punto de partida con el que se medirá el resto de la relación en lo que a pasión se refiere. Muchas veces la pareja se queja de su disminución en los encuentros sexuales simplemente porque los compara con el inicio. Puede que la medida sea precisamente al revés, que lo “más normal” no era el inicio sino la estabilidad de la que gozan después como amantes. De cualquier modo, la pasión que uno experimenta es subjetiva y tiene que ver con diversos factores, puede aumentar o disminuir de forma considerable.
La fantasía: es uno de los mejores afrodisíacos para la pasión. La fantasía no es más que la imaginación o recuerdo de un deseo sexual o sensual.
Planificación de relaciones: qué vamos a hacer y cuándo. Muchas personas creen que si planifican, el sexo, ya no va a ser igual o que incluso va a ser algo mecánico. Lo cierto es que de algún modo, planificamos incluso nuestro tiempo de ocio. Las cosas no salen peor porque se planifiquen, puede que incluso mejoren.
Expresiones afectivas: las palabras y los gestos son una forma de cultivar el deseo. Ante la costumbre uno puede dejar de expresar el afecto con la misma intensidad y frecuencia. Incluso puede convertirse en algo monótono “un beso por la mañana y otro cuando llegas de trabajar”. El afecto es una forma de mostrar al otro que lo amamos y deseamos. Si la otra persona no se siente querida puede que experimente dificultades para sentir pasión.

Entendemos que la persona en pareja tiene por lo menos tres roles a desarrollar según estas tres áreas:
           El rol de amantes: en la pasión.
           El rol de amigos: en la intimidad.
           El rol de equipo (pareja, padres, trabajadores, etc.): en el compromiso.
Si el amor es un arte, además de motivación y conocimiento, se requiere tiempo y práctica. Es de valientes abrirse al amor como algo vivo y en desarrollo, como una construcción que nunca termina pero que siempre puede mejorar, de la que siempre se aprende.


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Iguales pero diferentes:

¿Son los hombres y las mujeres realmente diferentes? ¿Son todos los hombres iguales? ¿Son las mujeres demasiado complicadas? Si existen, ¿cuáles son esas diferencias? ¿Cómo afectan esas diferencias a las relaciones?


Podríamos hablar de las similitudes entre hombres y mujeres; puede que estas, sean más que las diferencias. Podríamos pasar por alto las variaciones entre hombres y mujeres, pero estaríamos ignorando una realidad que queda reflejada en la forma de comunicación y de interpretación. Estamos de acuerdo en los muchos parecidos que entre un género y otro se dan, en especial en apoyar la lucha por la igualdad de derechos y de oportunidades. No es, en absoluto, incompatible reconocer las diferencias con la anterior afirmación. Al contrario, entender que somos diferentes nos ayuda a encontrar la unión desde la aceptación. Por lo tanto, podemos comenzar este espacio reconociendo que somos iguales pero diferentes, para así poder detenernos en la explicación de las distinciones.

El propósito por el que hablamos de diferencias va más allá de informar, lo que buscamos es la mejora de las relaciones, la resolución eficaz de conflictos y una mayor satisfacción para ambos sexos. Por ello, creemos que hablar de diferencias nos ayuda a acercarnos.


Tipos de diferencias:

Genéticas:

La principal diferencia esta en un cromosoma que diferencia a la mujer (XX) y al hombre (XY). En el cromosoma Y hay un gen llamado SRI que es el responsable de convertir el tejido indiferenciado en testículos que segregan grandes cantidades de hormonas masculinas.

Hasta las ocho semanas de gestación, hombres y mujeres, tienen circuitos cerebrales idénticos. El cerebro original del feto es unisex hasta las 8 semanas de embarazo. Cuando en los futuros niños aparecen los testículos, que empiezan a bombear grandes cantidades de testosterona y marinan los circuitos cerebrales, algunas células en los centros de comunicación mueren y, a su vez, crecen otras en los centros sexuales y de agresión. Y se dan fenómenos como, por ejemplo, que en el área cerebral que rige el impulso sexual en los niños las células se multiplican, como mínimo, por dos. En cambio, el cerebro femenino no se ve afectado. Una consecuencia para los fetos femeninos es que sus células cerebrales desarrollarán más conexiones en los centros de comunicación y en las áreas que procesan la emoción.

Fisiológicas:

Diferentes cuerpos y diferente maduración. Diferencias en la talla, peso, capacidad pulmonar, tamaño del corazón, consumo de calorías mayor en el hombre, etc.

La piel femenina es más delgada y receptiva al tacto. La masculina tiene más glándulas sebáceas y sudoríparas, es decir, desprenden un olor más fuerte.

El olfato de las mujeres es más agudo que el de los hombres. Por ello los aromas cobran especial importancia para estas, una mujer puede perder la excitación sexual rápidamente ante un olor desagradable.

Las mujeres oyen los sonidos más débiles. En cambio, los hombres tienen más agudeza visual en lo que a perspectiva y profundidad se refiere. Las mujeres tienen un ángulo de visión más amplia.

Educativas:

A las mujeres se les enseña desde la cuna a desarrollar las siguientes cualidades en sus relaciones: conexión, cooperación, franqueza, comprensión e intimidad.

A los hombres se les educa a desarrollar estas cualidades en sus relaciones: fuerza, poder, respeto, posición e independencia.

Además, se fomenta en las mujeres el “sentirse deseada” y en el hombre la de “desear”. Los medios de comunicación usan a la mujer como objeto de deseo en anuncios que se dirigen tanto a hombres como a mujeres.

En las niñas se fomenta la idea del “príncipe azul”, ese hombre que te quiera y te haga feliz. La razón que muchas mujeres dan para romper un matrimonio es “ya no me haces feliz”. A los niños se les crea la esperanza de llegar a ser “un héroe que rescate a la princesa”, es decir ser el hombre necesario y suficiente que cubra las necesidades de una mujer. En más de una ocasión en la terapia de pareja se escucha la queja del hombre que ya no se siente capaz de satisfacer a su mujer, que se siente frustrado por no ser lo que supuestamente creía que debía de ser para ella.

En todos los lugares del mundo y en todas las culturas hay constancia de distintas conductas entre niños y niñas. Por ello se cree que las diferencias de género van más allá de la educación aunque esta tiene un fuerte papel mediador.

Cerebrales y hormonales:

La zona del estímulo sexual es el doble, o más, mayor en el cerebro masculino que en el femenino. Además, durante la pubertad (entre los 9 y los 15 años) la testosterona aumenta en los hombres multiplicándose por 25. Esta testosterona comienza a activar los circuitos en el cerebro masculino de estímulo sexual. Aumentando la conducta y los pensamientos de contenido sexual en los hombres. De este modo los hombres comienzan a desear a las mujeres y a tener sus primeras fantasías sexuales hacia ellas.

En la mujer también ocurren cambios, los estrógenos aumentan y también lo hace en menor medida la testosterona. Las mujeres comienzan a desear ser sexualmente atractivas para los hombres. En todas las culturas aparecen conductas de “adornamiento”. Además, esta conducta de ponerse más atractiva aumenta los días antes de la menstruación.

Por otro lado, tal y como muestra Louann Brizendine en su libro “El cerebro femenino”, el hipocampo es ligeramente más grande en el cerebro de ellas. El hipocampo es el área del cerebro que viene a ser como el disco duro que registra los datos emocionales. Esta autora da así la explicación a porque una mujer no olvida la pelea que tuvo con su marido después de diez años.

El cerebro femenino también posee mayor cantidad y más actividad de neuronas espejo para la empatía, estas son las encargadas de interpretar las emociones que los demás expresan y poder expresar nuestra comprensión.

Comportamiento y reacciones

Tanto hombres como mujeres buscan la intimidad, pero la forma en la que esto se produce es distinta. Para muchas mujeres intimar en una relación se realiza mediante el habla. Para los hombres la vía más fácil es a través de actividades físicas. Cuando una mujer quiere tratar algo íntimo de la pareja puede dirigirse a su pareja diciendo “tenemos que hablar”, en cambio, un hombre suele invitarla a cenar o a realizar algún tipo de actividad. Esto no significan que los hombres no puedan sólo hablar o que las mujeres no quieran disfrutar de actividades, sino que la forma de percibir y buscar la intimidad es distinta en muchos casos.

El impacto del estrés, afecta de forma distinta a hombres y a mujeres. Muchas mujeres, para sentir un orgasmo “pleno” necesitan estar tranquilas y no estresadas, de hecho, su interés sexual disminuye. En cambio, tal y como explica la bióloga Louann Brizendine, los hombres, aumentan su apetito sexual en condiciones de estrés.

Las fases de la respuesta sexual se llaman del mismo modo, pero la forma en las que estas se producen, varían entre hombres y mujeres y de unas mujeres a otras mucho más que entre los varones.


Antes de concluir con las diferencias, es importante entender que tendencia no es lo mismo que suceso. Podemos tener una tendencia a determinada conducta y que ésta no ocurra.



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EMDR y su utilidad en terapia sexual.

Ya hace quince años de aquella experiencia en la que Clara sufrió un abuso por un familiar cercano, pero aún recuerda la escena como si hubiera sucedido ayer. Sobre todo porque desde entonces rehúye el contacto sexual. Esto le dificulta grandemente el contacto íntimo con su pareja, de la que dice estar “locamente enamorada”. Clara acude a la consulta porque está muy preocupada, en sus cinco años de matrimonio apenas ha tenido encuentros sexuales. Se quieren mucho, dice, pero ella es incapaz de sentir nada cuando hacen el amor. Su marido ha realizado un intento frustrado tras otro por lograr que ella sienta el más mínimo deseo. Ella dice sentir mucha ansiedad en cada encuentro sexual: “es como si tuviera que estar todo el tiempo alerta y me pongo muy tensa”. A Clara le gustaría que sus encuentros sexuales fueran diferentes, pero teme que la terapia quede en otro intento frustrado.

Al igual que Clara, hay hombres y mujeres que experimentan bloqueos en sus relaciones sexuales o en otras áreas de su relación de pareja. El tiempo no siempre es sinónimo de mejoría cuando uno ha vivido una experiencia traumática. Al contrario, si no se afronta de un modo adecuado, el tiempo puede más bien empeorar el presente de la persona. Y es, precisamente en los traumas, donde me quiero centrar en éste artículo.

Hace ya algún tiempo comencé a trabajar con una técnica no poco curiosa. Se trata de una herramienta de la psicología bastante joven y a la vez altamente efectiva. EMDR, Eye Movement Desensitization and Reprocessing, es el nombre que recibe. Se basa en la estimulación bilateral, es decir, de los dos hemisferios cerebrales. Esto se realiza mediante los movimientos rítmicos de los ojos, o bien, mediante la estimulación de las manos.

La premisa de la que se parte es que, cuando no tenemos los recursos para procesar una experiencia traumática, la información queda dispersa en las redes neuronales. Dicho de otro modo, la información no se almacena de un modo útil sino que queda desordenada en la memoria, salpicando diferentes áreas del pensamiento, de los sentimientos y de la conducta. Es como si lo que sucedió entorpeciera o bloqueara las experiencias presentes.

Mediante la aplicación de EMDR se reprocesa la información y se almacena de un modo más funcional para el individuo. ¿Cómo sabemos que no hemos procesado bien una experiencia traumática? Cuando recordamos lo sucedido en el pasado y nos sigue perturbando en el presente con una intensidad alta, cuando lo que ocurrió nos condiciona de un modo negativo en las nuevas experiencias que vivimos. En estos casos es cuando se puede aplicar EMDR.

Lo interesante de esta técnica es su rapidez y su efectividad. A veces, hay cosas que uno puede entender a nivel intelectual, pero no sentirlo así a nivel emocional. En el caso anteriormente comentado, Laura dice querer tener relaciones sexuales con su marido, y haber intentado todo lo que sabe para sentir. Aún así, sabiendo que no tiene por qué preocuparse, no puede evitar tener un nivel de ansiedad alto, lo que hace que los músculos se tensen y que la atención se centre en el miedo. De este modo, todos los intentos serán fallidos, ya que es normal que una mujer en esta situación tenga grandes dificultades para experimentar placer. En consecuencia, como no siente placer no tiene deseo, sino que evita el contacto sexual y todo aquello que pueda precederlo. Afortunadamente, Clara ha buscado ayuda profesional, y ese es el primer paso para el cambio. La terapia se convertirá en el camino que le lleve a superar la experiencia del abuso, y a reaprender la sexualidad de un modo sano y placentero.

EMDR es una técnica que se puede aplicar en combinación con otras. Es una técnica útil para desbloquear obstáculos en cualquier problema sexual: eyaculación precoz, anorgasmia, disfunción eréctil, vaginismo, etc. Está técnica también se aplica a cualquier otro problema individual, es especialmente efectiva para tratar cualquier tipo de trauma: por ejemplo un accidente, la muerte de un ser querido, un divorcio, etc. Aunque la técnica puede parecer sencilla ha de ser aplicada por un profesional de la psicología o psiquiatría formado específicamente en esa estrategia. En terapia es un complemento que aumenta la efectividad de ésta.

La teoría explicativa del funcionamiento de EMDR dice que al reprocesar y archivar adecuadamente la experiencia se pierde la carga negativa asociada al evento y además se recuperan los recuerdos positivos vinculados que antes no se podían percibir.

Para más información sobre la terapia con EMDR podéis escribir a: info@unidaddeterapiasexualydepareja.com, además está la Asociación de EMDR Española.



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