Sabemos que no hay una fórmula única y suficiente, pero si el amor crece,
entendemos que hay formas de que este crecimiento sea positivo. Recopilando
ideas de diferentes autores como J. Gottman, J. Gray, J. Araguàs, I.
Menenendez, etc., vamos a dar algunas pautas para que el amor dure y sea
satisfactorio. Estas estrategias se dividen en las tres áreas del triángulo del
amor de Stemberg. Junto a cada idea para lograr el éxito amoroso la antítesis
que puede llevarnos a la frustración.
• Conocimiento
vs. idealización.
Conocimiento de uno mismo, de sus virtudes y carencias. Cuando entendemos
que somos valiosos podemos acercarnos al amor de otra manera, dispuestos a dar
y disfrutando de lo que recibimos sin exigirlo. Conocernos también nos ayuda a
entender nuestros límites y carencias, de forma que evitemos proyectar en el
otro nuestros conflictos no resueltos.
El conocimiento del otro se consigue con el tiempo y con la atención en lo
que vemos y no en lo que creemos que debe de ser. Alguien dijo que poco tiempo
en una relación equivale a poco amor. De esta manera podemos entender que el
amor se relaciona con el conocimiento del otro. Este conocimiento incluye
virtudes y defectos. En lugar de un amor ciego, hablaríamos de un amor con los
ojos abiertos de forma positiva.
•
Aceptación
vs. exigencias.
Aceptar no es lo mismo que resignarse. Aceptar es lo contrario a rechazar.
Es reconocer la realidad, en este caso, sería reconocer como es la otra persona
y aceptar sus limitaciones. Cuando en una pareja no hay aceptación, surge la
exigencia del cambio. Esta exigencia es vivida como rechazo por parte del
cónyuge.
•
Comunicación
constructiva vs. distancia o rechazo.
Comunicación de sentimientos y deseos de forma positiva. Es decir, es
comunicarse transmitiendo el deseo sin recriminaciones. La distancia emocional
es una forma de comunicar el malestar en la relación. Ante la crisis muchos
optan por tomar una posición distante, por dejar de confiar y comunicar. En
realidad no es una solución sino una estrategia evitativa que empeora la
situación. Dentro de la comunicación, la crítica puede tener lugar sin llegar a
ser una grieta para la relación. La crítica constructiva es aquella que se
centra en la mejora y no en el rechazo total. La crítica que ayuda al otro a
rectificar es la que habla de comportamientos concretos sin generalizar a la
persona. La acusación y crítica del otro no funciona sino que deteriora la
intimidad. Incluso si se produce un cambio de esta manera, podría ser un cambio
superficial y no sustancial.
Compromiso:
•
Proyección
vs. pérdida de objetivos.
En el momento en el que uno pinta su futuro junto al que ama, uno realiza
conductas que le lleven a ese objetivo. El compromiso aumenta cuando podemos
pensar en consecuencias a largo plazo. En este contexto los esfuerzos tienen
sentido porque se busca el beneficio que sirva para una mejor relación a largo
plazo y no sólo el placer inmediato.
Otra forma de proyección más observable son las actividades en común, estas
generan un espacio de desarrollo de la pareja. Estas actividades pueden ser
proyectos o hobbies. Algunos proyectos de la pareja son el matrimonio, tener
hijos, comprar una casa, realizar un viaje, etc. La pareja con metas es una
pareja con motivación. El equipo se une ante objetivos en común.
Pasión:
•
Deseo vs.
inapetencia sexual.
El comienzo de la vida en pareja suele coincidir con una mayor excitación y
un aumento de ansiedad. Estando enamorados esto se traduce en una mayor
frecuencia de actividades sexuales. Esta etapa de la relación es muy
satisfactoria y genera un antes y un después. El problema, es que esa primera
fase es muchas veces el punto de partida con el que se medirá el resto de la
relación en lo que a pasión se refiere. Muchas veces la pareja se queja de su
disminución en los encuentros sexuales simplemente porque los compara con el
inicio. Puede que la medida sea precisamente al revés, que lo “más normal” no
era el inicio sino la estabilidad de la que gozan después como amantes. De
cualquier modo, la pasión que uno experimenta es subjetiva y tiene que ver con
diversos factores, puede aumentar o disminuir de forma considerable.
La fantasía: es uno de los
mejores afrodisíacos para la pasión. La fantasía no es más que la imaginación o
recuerdo de un deseo sexual o sensual.
Planificación de relaciones: qué vamos a hacer y cuándo. Muchas personas creen que si
planifican, el sexo, ya no va a ser igual o que incluso va a ser algo mecánico.
Lo cierto es que de algún modo, planificamos incluso nuestro tiempo de ocio.
Las cosas no salen peor porque se planifiquen, puede que incluso mejoren.
Expresiones afectivas: las palabras y los gestos son una forma de cultivar el
deseo. Ante la costumbre uno puede dejar de expresar el afecto con la misma
intensidad y frecuencia. Incluso puede convertirse en algo monótono “un beso
por la mañana y otro cuando llegas de trabajar”. El afecto es una forma de
mostrar al otro que lo amamos y deseamos. Si la otra persona no se siente
querida puede que experimente dificultades para sentir pasión.
Entendemos que la persona en pareja tiene por lo menos tres roles a
desarrollar según estas tres áreas:
•
El rol de
amantes: en la pasión.
•
El rol de
amigos: en la intimidad.
•
El rol de
equipo (pareja, padres, trabajadores, etc.): en el compromiso.
Si el amor es un arte, además de motivación y conocimiento, se requiere
tiempo y práctica. Es de valientes abrirse al amor como algo vivo y en
desarrollo, como una construcción que nunca termina pero que siempre puede
mejorar, de la que siempre se aprende.
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